Portfolio

BIO

Carmen Ferrando Ferrando, 1974, Benidorm, Alicante. Administración y Dirección de Empresas Universidad de Alicante, Máster en Marketing Digital y eccomerce. Empecé a pintar a los 3 años con mi padre al óleo, bodegones y pintura directamente al natural, y durante mi infancia estudie dibujo en la Escuela de Arte de Altea, y más tarde acuarela, carboncillo y pastel.

Posteriormente estudie Restauración de Muebles y comencé a trabajar el mueble en Escuelas de Arte de Alicante.

Poco a poco he ido creando mi estilo personal hasta consolidar mi arte en los postulados del oleo, del realismo y del hiperrealismo, centrándome en el mar, mi verdadera pasión.

Intento capturar cada instante único y maravilloso a través de mis obras. Trato de que el espectador sienta, al mirarlo, un bienestar similar, paz y serenidad que lo traslade. Pretendo aportar una ventana real al mar, donde huelan el aire salado, escuchen las olas rompiendo y sientan las frías salpicaduras del rocío del Mediterráneo mientras están de pie en la orilla del agua.

Nací rodeada del mar Mediterráneo, en la Costa Blanca española, y he vivido siempre así, entre ciudades mediterráneas. Mis viajes por el Egeo, y Adriático, son mi gran fuente de inspiración y paz para mí, principalmente Formentera en las Islas Baleares y Mikonos en las Islas Cícladas. El enlace común en mis pinturas siempre es la luz del sol y su efecto sobre el agua. Me esfuerzo por capturarla en sus formas diversas, para que sea un elemento de vida, proporcionando bienestar, paz y enriquecimiento al espectador.

Los destellos creados por la luz del sol en la superficie del agua, la fuerza asombrosa detrás de una ola, las pequeñas ventanas de traslucidez que parpadean en su interior durante una fracción de segundo justo antes de estrellarse contra la orilla son realmente maravillosos. Pintar es un medio para expresar mis emociones, una fuente de equilibrio y serenidad. Cada pintura es un viaje: mi idea corresponde a mi estado emocional inicial y evolucionará durante la creación. El punto final solo existe cuando me siento en armonía con la pintura.